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Red de redes
Columna
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Internet moldea nuestras vacaciones (y solemos hacerle caso)

Los destinos turísticos ya se deciden según lo que vemos en las redes y acumula más ‘me gusta’. Cada vez más personas viajan en autocaravanas o visitan lugares inhóspitos

Internet vacaciones
José Nicolás

Hace tiempo que los viajes ya no se deciden por las ofertas del escaparate de una agencia de viajes, las recomendaciones de los amigos o las búsquedas de Google. Ahora solemos escoger destinos vacacionales a partir de las imágenes y los vídeos que nos ofrecen las redes sociales. Y los fotografiamos de principio a fin para, precisamente, publicarlos en dichas plataformas con el objeto de recibir los me gusta y decir “yo también he estado ahí” o “yo también he hecho eso”. De este modo, en semanas como la actual en la que resulta habitual salir de viaje, cada vez vemos más autocaravanas o más coches camperizados por las carreteras, cientos de fotos encuadradas exactamente igual en lugares turísticos o nos llegan imágenes de aquellos que intentan desligarse de lo masivo y encontrar un destino poco visitado o un espacio inhóspito o abandonado.

Es precisamente lo que buscaban las cuatro personas que fueron detenidas a principios de abril en el cosmódromo ruso de Baikonur, en Kazajistán. La agencia de noticias rusa RIA informó de la detención de tres ciudadanos españoles y uno australiano por haber accedido a las instalaciones construidas por la Unión Soviética en los cincuenta para sus programas espaciales y desde donde se lanzaron en 1957 el Sputnik, el primer satélite puesto en órbita de la historia, y en 1961 la cápsula Vostok, que marcó el hito de llevar al primer ser humano al espacio. Es uno de los lugares deseados por los aficionados al urbex, quienes buscan explorar edificios abandonados antiguos y polígonos industriales en desuso en las afueras de las ciudades.

Xabier, bilbaíno de 25 años, es uno de los que entraron en el recinto. Conocido en internet como Okos, confesó al diario El Correo que adentrarse en las instalaciones de Baikonur era uno de sus sueños. Este joven se describe en sus redes sociales de forma escueta: “Hago vídeos contando historias, aventuras y enseñando sitios chulos”. Cuenta con más de 130.000 suscriptores en YouTube, donde ha publicado unos 60 vídeos en los que visita la chimenea más alta de Europa, se “infiltra” en un portaaviones soviético abandonado o en un viejo búnker nuclear de la OTAN.

Otro de los viajeros que son tendencia estos días es Fabio Belnome, quien, tras completar un viaje de ida y vuelta de Barcelona a Cabo Norte (Noruega) en un coche de más de 25 años, inició el 16 de marzo un nuevo periplo, esta vez desde Barcelona hasta Japón en el mismo vehículo. ¿Su diario de viaje? Sus redes sociales, donde cuenta dónde y cómo duerme, las dificultades para encontrar diésel y los problemas que sufre su Fiat de 900 euros, además de hablar de la gente con la que se encuentra, los lugares que visita y lo que come. @volatadipeluca, que es como se llama en Instagram, consiguió esta semana un millón de seguidores en esa plataforma.

Unos emplean las plataformas habituales, las más famosas, y otros cuentan sus viajes en aplicaciones dedicadas a tal efecto. Clémence, una amiga con la que viví algunas etapas del Camino de Santiago hace unos meses, utilizaba Polarsteps para mostrar a su familia y amigos los lugares que visitaba durante la ruta, que había iniciado hacía años en París y que terminaría en la plaza del Obradoiro pocos días después de separarnos.

Sea en redes sociales multitudinarias o en plataformas especializadas, lo cierto es que no nos alejamos de los móviles ni en plenas vacaciones. De hecho, los usamos aún más, ya que dedicamos tiempo a compartir, retocar y escribir de nuestros viajes para nuestros fieles seguidores que, probablemente, estén a otra cosa o también fuera de casa compartiendo sus momentos. Las redes sociales, en definitiva, han moldeado la forma en la que viajamos: nos dicen dónde ir, qué hacer, qué comer, qué merece la pena y qué no de cada lugar... Hay que cumplir el guion y, sobre todo, compartirlo.

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Sobre la firma

José Nicolás
Es redactor en la sección España. Previamente, estuvo ocho años en Opinión, donde colabora con la columna 'Red de redes'. Es graduado en Periodismo por la Complutense y máster en Periodismo de Datos y Nuevas Narrativas en la Universitat Oberta de Catalunya. Antes de su llegada a EL PAÍS en 2017 trabajó en Onda Regional de Murcia y Cadena SER.
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